Está en Oporto, la ciudad más británica de Portugal, acaso porque en el Imperio acostumbraran a tomar un oporto como muestra de refinamiento, o porque está volcada al Atlántico y mira al norte, lo que posibilitó la aparición de una burguesía que podía encontrar necesaria la existencia de una librería, pero no una cualquiera, sino una que tuviera las carácterísticas que ésta posee en cuanto a su diseño en dos plantas con escalera de doble acceso, las maderas nobles de sus estanterías y paredes, los rieles para ayudar a la tarea de los dependientes a la hora de colocar los libros, la luz natural que acogerá a los posibles lectores/compradores en una tarde de orvalho, mientras curiosean distraídamente ...Un lujo en fin.
Con esta entrada me saco la espinita, si por fin no se decide elegir la foto que propuse para la cubierta. Os invito a ampliar la "visita" virtual a la librería de los hermanos Lello pinchando en el enlace que el buen hacer de Fran posibilita y que os mostrará muchas otras imágenes de la que, como la cerveza, tal vez sea la librería más hermosa del mundo. (Aunque parece que hay una en Buenos Aires, ubicada en un antiguo cine, que tampoco está mal, según Miguel). Vale
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